Emoción, esa sería la palabra para definir un documental como “Anvil:The Story of Anvil”, aunque quizás esa palabra se queda corta ante la cantidad de sensaciones que nacen frente a nuestra pantalla y que calan profundamente en nuestra erizada piel, porque cada minuto que pasa en “Anvil” puede ser desgarrador o resucitador, contando toda la aplia gama de sensaciones intermedias. Un verdadero cóctel de sangre, sudor y lágrimas protagonizado por dos “hermanos” del metal, compartiendo sonidos a través del cordón umbilical del rock...
Experiencias como las que entrega “Anvil” son verdaderos tatuajes que acompañaran tu vida, es inevitable sentir una patada en nuestra falsa satisfacción, esta que entrega la vida contemporánea, esa llena de mastercards y visas, o también ante nuestra poca gratitud frente a los sucesos de la vida. “Anvil” dejará caer su yunque de hierro sobre tu cabeza, mientras te enseña a no perder la fe en lo que amas, trabajando por tus sueños sudando acero, incluso si nadie tiene fe en ti, incluso si el fracaso es lo único que te asecha.
Este documental es una verdadera charla motivacional, una especie de Bonini del cine, no como los fraudes mentales de ChileWorks...
Golpea a la vida contra el metal, hasta que formes tu propia existencia, moldea su figura como al acero hirviente y golpea, golpea, golpea... Nunca es tarde para lograr lo que quieres.
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