Recordar y volver a ver en nuestra cabeza cada imagen o escena de True Romance es un placer del que disrutamos sólo algunos, podríamos considerarnos afortunados de que en algún momento de nuestras vidas alguien o algo de alguna forma maravillosa o casi divina nos hiciera llegar a nuestros ojos algún dato sobre True Romance, que a partir de ahí nuestra vida chocara frente a la pantalla en la cual se proyectaba no merece ser menos que un punto de quiebre en nuestra relación con el cine, el cual incontables veces nos ha entregado distintas formas de contar o de vivir una historia, pues True Romance pertenece a ese selecto y memorable grupo de cintas.
Amor a Quemarropa como la conocemos algunos nos relata la historia de Clarence, un tipo sin éxito, que se refugia en sus gustos musicales y cinéfilos para enfrentar su realidad, que como todos los años va a celebrar su cumpleaños en algún cine de los suburbios de Detroit, pero su último cumpleaños va a ser completamente diferente gracias a la joven Alabama, una chica demasiado simpática, con la cual Clarence comienza a descubrir que comparte sus gustos, y finalmente el verdadero amor...
Pero no todo es color de rosa y aquí es cuando se desata la historia de nuestros protagonistas, primero con una memorable escena donde Alabama confiesa ser una prostituta contratada por el mejor amigo de Clarence como forma de regalo de cumpleaños, y luego con la búsqueda de la felicidad por un camino lleno de acontecimientos curiosos, delirantes y finalmente peligrosos... El mundo se vuelve vertiginoso, pero este amor se alimenta de la adrenalina. No todo es gratis en la vida y aveces el precio por lo que quieres es muy alto.
El verdadero amor se termina forjando con los sueños y deseos de mantenerlo vivo a pesar de los golpes, o en este caso, a pesar de las balas. Si deseas vivir el amor al estilo Tarantino, True Romance es como tu manual de instrucciones.
Les dejo una escena memorable e inmortal:
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